Sunday, September 9, 2012

de amor y militancia

hay ciertas intuiciones que unx ha tenido pero que no es capaz de poner en palabras, o quizás no ha hecho el esfuerzo craneal suficiente para sacarlas con fritas. y derrepente unx las encuentra escritas, y se encuentra leyendo palabras que quizás jamás hubiera sido capaz de escribir pero que siente como propias.

a razón del amor, leyendo deleuze:

"El amor ha sido siempre el medio por el cual la libido alcanza otra cosa que la persona amada, a saber: todo un corte del campo social-histórico. Finalmente siempre se hace el amor con los nombres de la historia"

algo así pasa, o por lo menos me pasa.

el amor son dos pulsiones que son una: por un lado un cierto grado de locura, de desborde, de pulsión corpórea que viene de las entrañas, irrefrenable e incontrolable. pero ese desborde es puro potencial amoroso, que sólo se concreta en una decisión radical, del orden de la voluntad. decir "yo te amo" es jugársela, es decidir lo indecidible--usando el lenguaje de laclau. ¿cómo puedo estar seguro que te amo? simplemente decido que lo se. en ese juego entre locura y decisión se vive el amor. y así tenemos frases como "te amo más que a nada en el mundo" o "te amaré por siempre".


el desborde amante se materializa en una decisión amorosa. esa decisión, como cualquier otra, está inscripta en un contexto histórico-social-político-cultural. pero no es lo mismo que decidir si comprarse unas llantas nuevas o un motorola atrix, a pesar de que en eso también se palpa el universo dentro del cual se toma la decisión. la decisión amorosa es, dentro de nuestra experiencia vital, un singular-universal hegeliano, si se quiere. es el acontecimiento que resignifica el conjunto. te elegí, te elijo a vos por sobre cualquier otrx para abrir mi desborde a tu desborde, para enmarañarnos entre las sábanas y las bombas.

para ser crudo: quizás podría amar a una gorila, pero decido no hacerlo. quizás podría compartir mi vida con una hija del poder, pero ese camino sería el de la traición. traición a nuestro tiempo. porque a fin de cuentas, amar en tiempos revueltos es amar de formas revueltas, revoltosas, revolucionadas. amar cuestionando y cuestionándote. al amar hacemos carne de la forma más íntima y fundamental nuestro compromiso militante con la época. ¿o sería preferible simplemente ponerla por ahí, careteando nuestro kirchnerismo hipster?


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