Saturday, July 30, 2011

"Por fin uno que habla como nosotros": Santa Fe, el agua para los negritos, y el pro-peronismo que se viene

Nota publicada en Revista Óvnibus




Quienes siguen la política argentina con semejante obsesión como para chequear los avances de los escrutinios electorales en tiempo real via twitter, este último domingo se llevaron una sorpresa. Veamos por qué.

El Domingo 24 de Julio se llevaron a cabo las elecciones para la gobernación de la provincia de Santa Fé—tercera en población a nivel nacional, con más de tres millones de habitantes—donde el Partido Socialista buscaba renovar su mandato, que venía sosteniendo desde 2007. El gobernador saliente y actual candidato a presidente Hermes Binner impulsaba a su protegido—“delfín” como les dicen—Antonio Bonfatti, quien finalmente fue declarado ganador de la elección y nuevo gobernador alrededor de las 0hs del día Lunes. Hasta aquí todo normal.

Lo curioso no fue esto. Ganó el oficialismo, tal como ha ganado en todas menos una—Catamarca—de las elecciones que se han llevado a cabo desde el comienzo del año electoral. Lo curioso, lo sorprendente fue quién se llevó el segundo lugar. No fue, como habría de esperarse, el candidato del peronismo/kirchnerismo Agustín Rossi. Quien superó a Rossi fue el humorista-devenido-político Miguel Torres Del Sel. Y fue un segundo lugar muy honrado, ya que estuvo solo a tres puntos de Bonfatti, y durante toda la tarde y hasta las 9 de la noche el escrutinio parcial lo daba como victorioso. Más entrada la noche, cuando fueron entrando los resultados de las mesas en los centros urbanos—especialmente Rosario, ciudad gobernada por el Socialismo desde hace 19 años— Bonfatti comenzó a repuntar hasta finalmente alzarse con la victoria.

Semejante conmoción tuvo este segundo puesto en el mundo político que ha sido tema de conversación en los grandes medios desde entonces. En algún momento de esa tarde de domingo, cuando Del Sel aventajaba por decenas de miles de votos a Bonfatti, este cronista se enfrentó a una posibilidad que ni él ni nadie había contemplado: “¡Miguel Del Sel puede ser el próximo gobernador de Santa Fe!” Este es un hombre que se volvió famoso por ser parte de un trío humorístico extremadamente popular—y extremadamente malo—llamado Midachi, del cual se había retirado hacía sólo un par de meses para aventurarse en el mundo de la política. Y podía convertirse en gobernador. Por un pelito no lo fue.

Humorista, celebridad mediática durante el menemismo, dueño de campos, un hombre de derechas, Del Sel había sido convidado por Mauricio Macri para encabezar la fórmula del PRO, su partido, en la provincia de Santa Fe. Esto fue hace meses, cuando Macri aún soñaba con ser presidente en 2011, antes de que su asesor de imagen y gurú político-mediático Jaime Duran Barba lo convenciera que sería mejor si se quedase en la Ciudad de Buenos Aires. Para el asesor ecuatoriano, Cristina era invencible en 2011[1]. En el momento en que Mauricio anunció que buscaría la reelección como jefe de gobierno de la ciudad capital de la Argentina, Del Sel tuvo que reformular su campaña y buscar otros aliados.

Claro, Del Sel se había quedado medio huérfano. Una cosa es ser candidato a gobernador como parte de una alianza política que aspira a la Presidencia, otra es ser un candidato por un partido con una estructura casi nula, sin presencia territorial, y con tan solo una alianza estratégica con el jefe de gobierno de una ciudad que, por más grande que sea, queda a cientos de kilómetros de la provincia a la que se aspira gobernar. No es casual que el lunes luego de su excelente resultado electoral, saliera públicamente a anunciar que votaría a Duhalde en Octubre porque le debe “una gauchada”.

Este orfanato presidencial no sucede solamente en Santa Fe, sino en todas las provinicias en las que el PRO había comenzado a construir ofertas políticas y electorales. Y dónde iban a terminar sino en el peronismo “disidente”—léase Duhalde and company, que poco cierra a nivel discursivo con su chamuyo de la “nueva política”. Según una excelente investigación de Werner Pertor en Página/12, la mesa chica del PRO dio libertad de acción a sus referentes provinciales, y eso resultó en alianzas en siete provincias con el duhaldismo, tres con el saadismo, y otras tres –Santa Fé, Buenos Aires y la Ciudad Autónoma—donde irían a Octubre sin candidatx a Presidente[2], presentando sólo listas a diputadxs y senadorxs.

Macri y Duhalde se muestran juntos muy poco

Paradigmático de este menjunje en el que anda el PRO es la provincia de Córdoba, donde habrá elecciones el 7 de Agosto y donde sus diferentes referentes políticos están divididos entre dos fuerzas. Mientras que el ProPeronismo cordobés marcha con el justicialista De La Sota, la ahora no tan frecuentada Gabriela Michetti ya ha expresado su favoritismo por el candidato radical Oscar Aguad.

Volviendo a Del Sel, queda por intentar comprender cómo hizo el tipo para sacar un 35% de los votos de Santa Fe y casi robarle la gobernación al socialismo. Para esto deberíamos analizar, según este cronista, dos cuestiones fundamentales: la frágil alianza política que sustentaba al kirchnerismo de Agustín Rossi y la cultura política populista cuasi evangelista de la nueva derecha no conservadora que encabeza el PRO. Primero el Kirchnerismo…

La estrategia de la Casa Rosada para Santa Fe fue impulsar una estratégica alianza entre los sectores del peronismo santafesino cercanos a Cristina con el sector históricamente hegemónico, vinculado al ex-automovilista y ex-gobernador Carlos Reutemann. Un Partido Justicialista unificado en un consenso de apoyo al gobierno nacional. Pero esta alianza, un típico caso de bolsadegatismo peronista, fue perdiendo consistencia con el pasar del tiempo. En las internas santafesinas de Mayo, donde Rossi se alzó con la victoria dentro del partido, logró solamente 17% de los votos, aunque los candidatos del justicialismo habían sumado en su totalidad más del 40%. Rossi había quedado con un punto menos que Bonfatti—que le ganaba la interna a un socialista y a un radical—y a tres por encima de Del Sel, quien ya había sorprendido.

Los votos que tuvo el peronismo en la interna migraron este domingo a lo loco hacia el macrismo—¿o habría que llamarlo delselismo?—desde entonces. Rossi cosechó sólo 5% más de lo que había alcanzado en la interna. Para el electorado peronista, que todavía pesa fuerte en Santa Fe, fue dificil quizás votar a un candidato tan kirchnerista—un paladín K en la Cámara de Diputados como fue Rossi—y tan poco peronista—proviene de la experiencia del Frepaso. A su vez, fue Rossi quién durante el conflicto con el “campo”—patronales agrarias mas bien—por la Resolución 125 tuvo los huevos de aguantarse los huevazos que recibía al volver a su campestre provincia. Esas heridas, parece, aun no han sanado.

Rossi recibiendo huevazos en Santa Fe en 2008

Evidentemente la crisis no es del peronismo. De hecho, ambas cámaras tendrán mayoría peronista, y María Eugenia Bielsa, primera diputada provincial por el FPV, fue quien recibió más votos en ese rubro. Lo que hubo fue un masivo “corte de boleta”, aunque en términos literales no fue exactamente eso. El sistema de boleta único que utilizan lxs santafesinxs, donde hay que marcar una cruz en cada categoría, ahorra las molestias de llevar una tijera consigo al cuarto oscuro, y sin duda fomenta que el electorado sea más creativo a la hora de elegir sus candidatxs. En otras palabras, lo que sucedió fue que un gran caudal de votantes santafesinxs mantuvieron su voto peronista en el rubro legislativo, pero optaron por no acompañar a Rossi, claro representante del oficialismo nacional.

OK, si los votos se le fueron a Rossi, ¿por qué le llegaron a Del Sel? ¿Qué tipo de interpelación logró el humorista a nivel popular para lograr semejante aceptación en las zonas rurales y las clases populares periurbanas?

En su presentación como candidato, cuando nadie daba ni dos pesos por él, el santafesino había dado un par de, llamémoslas, “precisiones” sobre su plan de gobierno. Entre sus puntos centrales estaba “que los negritos tengan agua caliente”. También prometió convocar al “Mago” Coria, el tenista, como parte de sus preparados equipos técnicos para sacar adelante a la provincia. En ese momento, muchxs dieron por sentado que su apuesta a la gobernación sería un chiste más en su carrera humorística. Pero Del Sel se pasó varios meses recorriendo la provincia junto a un grupo de colaboradores—muchxs de ellxs provenientes del duhaldismo, llegando a cada pueblo, interactuando con ese pseudo sujeto político que viene a ser “la gente”. Y funcionó.

Sea porque Del Sel es una figura mediática hiper conocida desde hace décadas en Santa Fe, porque supo hablar desde un discurso coloquial, porque pudo interpretar ciertas demandas sociales ruralo-patronales; o quizás porque cerró su campaña en el programa de Susana Gimenez, con la rubia declarando lo bien que le parecía que se hubiera metido en política, y que se iría a la provincia sólo para votar por él. Sea por lo que sea, Miguel Torres Del Sel supo lograr una interpelación de tipo peronista que el mismo peronismo—en su versión progre seisieteochista de Filmus y Rossi—no logró construir.[3] Tanto que se pudo vanagloriar en una entrevista televisiva que el pueblo santafesino le clamaba de alegría al haber hallado “por fín un político que hable como nosotros.”

Pregunta final: ¿No es el peronismo el que representa la negrada, lo coloquial, lo burdo, lo obsceno de la vida política? Ese carnaval, esa barbarie que vive dentro del peronismo—y dentro del kirchnerismo sin duda—también comienza a expresarse en una nueva derecha populista y cuasi evangélica, entre los Midachi y los globos del PRO. Hay aquí un discurso muy parecido al farandulismo menemista, pero con un nuevo “touch” de siglo 21. Del Sel y sus negritos, los globos de colores, la paz y el amor, Mauricio bailando Gilda, y el sillón de Susana Gimenez. Quizás algunxs tengan la sensación que esta es una mala película que ya vieron, pero no se engañen. Atenti con el PRO-Peronismo que se viene con todo. Sabemos que da asco, pero más que asco da miedo.


[1] Esta es sin duda la opinión de Duran Barba, y la ha expresado públicamente en varias ocasiones. Este cronista no adhiere ni deshadiere de esta opinión; simplemente prefiere esperar a Octubre.

[3] En medio de todo esto, en un minidebate en el programa “A Dos Voces” de Todo Noticias, Del Sel decidió arrancar hablando de la pobreza en Santa Fe, mientras que Rossi hizo hincapié inicial en el tema de la seguridad. Acá hay algo que no cierra…

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